jueves, 23 de julio de 2009

¿por qué?

¿por qué me habré aburrido de escribir aquí?

martes, 21 de julio de 2009

"[...] en el estudio de cine el mecanismo ha penetrado tan hondamente en la realidad que el aspecto puro de ésta, libre de todo cuerpo extraño, es decir técnico, no es más que el resultado de un procedimiento especial, a saber el de la toma por medio de un aparato fotográfico dispuesto a este propósito y su montaje con otras formas de igual índole. Despojada de todo aparato, la realidad es en este caso sobremanera artificial, y en el país de la técnica la visión de la realidad inmediata se ha convertido en una flor imposible" - Walter BENJAMIN, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.

sábado, 25 de abril de 2009

Escrito desde mi amor a la cinematografía

Reciclando escritos...
El otro día en la u nos hicieron escribir sobre el porqué estudiábamos lo que estudiábamos. A esa interrogante suelo responder "Lee mi blog y sabrás porque estudio lo que estudio, cada día tengo razones (o sinrazones) diferentes", intentando evitar una respuesta que involucra algo muy personal que me cuesta expresar.
Pero teníamos que escribir, y no podía dar una respuesta-sin respuesta como esa, así que escribí:


ESCRITO DESDE MI, SOBRE MI DESEO DE ESCULPIR BLOQUES DE TIEMPO.

Estudio cine porque un instinto vital, que a veces se transforma en angustiosa necesidad y otras en alivio, me lo indicó y sigue haciéndolo. Primeramente fue un impulso irracional...
Si hubiese estudiado pedagogía sería un profesor, si hubiese estudiado sociología un sociólogo, psicología un psicólogo, biología un biólogo, etc. Cada una de estas áreas me apasionan, son fragmentos de una totalidad, que es la vida, pero no podría quedarme con solo una... No podría haber estudiado una "logía", porque mi yo hubiese quedado empaquetado dentro de un marco reducido de esa totalidad abismante que solo la macro-conciencia del cine puede percibir y transmitir, a través de sus fragmentos (de las películas)
Porque veo el cine como un universo conformado por miles de microuniversos, que en concreto son las culturas, las visiones de autor (concientes o inconcientes, individuales o sociales, visionarias o históricas).

El cine es reflejo no solo de un mundo físico escrito por medio de luz impactando en su fotosensibilidad, sino que es reflejo de una realidad metafísica que supera la conciencia del hombre.
Es reflejo de este mundo, de mundos que ha creado el hombre y de otros que lo preceden y controlan, superándolo
El cine es una cosa concreta-abstracta, como la vida. El cine es una cosa metafísica que se proyecta de mil formas en un plano físico y acotado (en películas). Como en la noción platónica del mundo, donde lo físico es producto del reino infinito e imperecedero de las ideas (pero omitiendo el aborrecimiento platónico de la realidad física, sin la que, según yo, no podría existir lo metafísico, pues son dos caras de una misma moneda). La película funciona a modo de puente con una verdad que está dentro y fuera de ella...
Eso es el arte. La creación de un objeto que intenta aproximarse a esa realidad misteriosa y escondida en cada cosa, una realidad repleta de universalismos y de fenómenos que significan.

También estudio cine porque soy un espectador. Cada director tiene una mirada hacia el mundo, ese mundo que supuestamente compartimos y existe fuera de nosotros. Lo que hace una película es un esfuerzo por internarnos dentro de esa mirada, separando momentáneamente al espectador de su yo, de su mirada. Como dije, el cine intenta mostrarnos ese mundo que está detrás de lo aparente, de lo superficial. A veces suele fallar en su intento ante nuestras limitadas conciencias, pues la gente suele creer que para ver cine solo basta con mirar. Y luego salen del cine diciendo que la película era mala, siendo que en realidad no vieron nada, solo miraron superficialmente las imagenes esperando "que hablarán" por si solas. Muchas veces su complejidad, al ser como la vida, nos exige ciertos estados de conciencia. En mi caso es algo que solo en un cine oscuro y en silencio, en una buena posición y en un estado físico y mental calmo puedo conseguir, sin ruidos externos o mentales. Todo esto para abstraer el mundo exterior, abstraerme de mi vida antes de entrar en la história, en esa diégesis, en ese trozo de realidad.

Y sobretodo estudio cine porque amo al ser humano y veo en él una fragilidad hermosa recubierta de apariencias y mentiras que no impiden que se deje ver su desnudez.

Yo, al igual que todos y cada uno de nosotros, enfrento esta vida con una mirada, una subjetividad. Pero mi visión aun es nebulosa, no es expresable en imágenes concretas. ¿que tengo yo que decir? Aún no lo se muy bien. Sea lo que sea, aún se encuentra fuera de foco por lo que no es momento de apretar Rec



PD: Tengo que decir que me puse muy nervioso al leerlo. Algunos saben porqué. Me pone nervioso internalizarme dentro del cine mismo, mi relación se funda en pilares ambiguos no racionales, pasionales. Es un amor quebradizo, frágil, poco concreto, pero al mismo tiempo inmenso. El cine me supera, porque lo siento tan próximo a lo existencial. Por eso me fue inevitable reiterar una y otra vez las ideas, mi mente se confunde, llego a sentir miedo. Seguramente me pasa algo parecido a lo que le ocurría a Bergman al pensar en la muerte. Tiembla mi existencia...

domingo, 5 de abril de 2009

"Dejame que pinte"......Sacado del Diario de una Sardinita Chamuscada

Primero disculpen a los que llegan a mi blog buscando "cine", que es lo que suele haber en este rincón ciberespacial. Pero hoy quisiera compartir un poema de una amiga que conocí a través de este espacio. Ella sabe que no me gusta mucho su forma de escribir, al menos lo que he leído en su blog, pero este poema en especial me gustó muchísimo por que me trajo muchas imágenes a la mente. Y me gustan las personas que hablan con imágenes.

Gracias al poema la vi a ella pintando sus cuadros, que aun no conozco, pero pude sentirlos a través de sus palabras.

Es un poema con impulsos de rebeldía, de deseos y anhelos. Es un poema que no hace nada más que desear hacer algo, que declara intenciones donde fuerzas oscuras no las dejan avanzar.

Es una epopeya de profundidades líricas, espirituales. Sin embargo está escrito en un clima de calma, de templanza, bastante admirable dado la situación horrible del soporte vacío que debe ser llenado. No hay espacio para la angustia del tiempo o la del mártir. Solo el valor del que siente en su vida la responsabilidad de cambiar las cosas y del que se siente una herramienta útil para el cambio.

Les dejo sus palabras en mi blog, las que copie y pegue (con autorización) de www.sardinachamuscada.blogspot.com:


DEJAME QUE PINTE

Déjame que pinte un cuadro,

sobre un soporte formado por palabras.

Por palabras que protesten, que sueñen

y declaren intenciones.



Déjame que pinte un cuadro,

con las manos de aquellos que no las pudieron levantar.

Tan siquiera por defenderse.



Déjame que pinte un cuadro,

en el que, las veladuras dejen una estela de paz.

Y los fondos reflejen sus miradas inocentes.



Déjame que pinte un cuadro,

dónde las manos interesadas en dejarlo gris,

no tengan nada que hacer.

Y las miradas injustas y egoístas queden al verlo,

ciegas.



Déjame que pinte un cuadro,

en el que su textura deje acariciar,

las almas que quedaron heridas,

por ignorantes culpables.



Naiara Saénz-López


Lo que más me gusta es que te pude imaginar a ti, Naiara, como futura pintora.

domingo, 15 de marzo de 2009

TITULO 6 ¿Quién mató a la llamita blanca? Rodrigo Bellot

Vuelvo a este ya desolado rincón ciberespacial después de poco más de un mes de viaje mochilero al norte de Chile (San Pedro de Atacama) y Bolivia (Cochabamba y La Paz). Vuelvo a escribir después de un mes de puras vivencias y pensamientos sin registro físico, ni fotos ni letras, pero que han engrandecido mi metafísica alma.
Tuve la suerte de conocer a una escuela de cine Boliviana, "La Fabrica", que produjo esta película, cuyas gentes me mostraron y enseñaron su cine, y yo vengo a contarles un poco lo que aprendí de este infinito micro universo (aprendí y conocí solo parcialmente aquella infinitud, pero alcanza en una entrada de blog)



El cine, como forma de expresión de cultura, cambia con ella, moviéndose como se mueve la psiquis de las sociedades.
El cine latinoamericano está cambiando -y desde hace mucho- tal como cambia la misma Latinoamérica. El sincretismo es evidente, y las fuerzas culturales chocan y modifican a las masas de la misma forma en la que el viento, las aguas y otros factores han modificado la corteza geológica de nuestro planeta, valles y cerros, colores y formas. No podemos ser inmediatamente concientes del cambio, que se da de forma gradual. Es cierto que a primera vista estos cambios nos parecen lentos, pero cuando contemplamos su magnitud nos parecen rapidísimos...
De aquí nace un debate ético sobre el tema de las culturas y sus cambios. Es mirado desde el punto de vista de dos éticas diferentes producto de las mismas dos grandes culturas iniciales, que colisionaron hace más de 500 años en estas tierras y que aún chocan. Nuestros antepasados, nuestros muertos, ¿viven en nosotros? ¿Viven en nuestras tradiciones, ya que éstas provienen de ellos?. Y si cambiamos nuestras tradiciones, ¿ellos mueren por nuestros cambios? ¿Entonces es o no correcto romper con nuestras tradiciones, con nuestras creencias, con nuestros estilos cinematográficos, con nuestras etnias, desplazadas por la conquista cultural europea?, ¿hay que pensar esto o simplemente cambiar y ser? ¿Hay una cultura, o rasgos culturales mejores que otros?

y…¿Quién mató a la llamita blanca?
El eje central de esta comedia (que se presenta más bien como excusa para contar un sinfín de historias y de costumbres sociales, nuevas y antiguas) es la historia de una pareja de “maleantes”. Un tanto ingenuos, Jacinto y Domitila son presentados irónicamente como héroes, representantes del bajo pueblo huérfanos de padres y madres, y con ello de identidad y moral. A estos personajes sin pasado ni futuro se les presenta una misión que podría cambiar sus vidas: trasladar 50kg de cocaína a la frontera. No saben que están siendo utilizados como señuelos para captar la atención de los medios y de la policía. Son perseguidos por “una pareja poco dinámica” de “Las fuerzas especiales de la lucha contra el narcotráfico” (bastantes especiales, por cierto, por ser igualmente ingenuos que los fugitivos). Lo que realmente quiere hacer la película es llevar al espectador por un paseo por la diversa Bolivia, a modo de road movie. El narrador nos explica ese paseo como si fuéramos turistas en tierra extraña y nos lo traduce tanto léxicamente como culturalmente, contándonos cómo son las cosas.

Sincretismo cinematográfico...

La película es en sí prueba de los cambios culturales en Latinoamérica, ya que está influenciada -sin menospreciarla- por el estilo americano más hollywoodense. Es sincretismo cinematográfico que no sólo está en el guión, sino también a nivel semiológico, en la forma de hacer cine y de entender la imagen (pistolas, historias aceleradas, humor negro, personajes caricaturescos y clichés, etc.). Detrás de ésto, mas allá de la forma, muestra un trasfondo evidentemente crítico e ideológico respecto a la gran estafa a la que esta siendo sometido el pueblo Boliviano desde hace siglos, anunciando y exigiendo un cambio que tiene necesariamente que nacer de los mismos individuos, dispuestos a romper su complicidad. No es una película meramente crítica sino que es autocrítica, y eso se siente… Esa misma autocrítica paradójicamente genera unidad, critica ese mundo fragmentado que no debería estarlo.

El sincretismo sigue, dentro de la película, en todos los niveles semiológicos. El rock se mezcla con la música tradicional, los planos y su duración son frenéticos y contienen mucha acción, como dijimos, bastante americanizados, sin dar lugar a la contemplación ni a la estética neorrealista característica del cine latinoamericano tradicional. El montaje es delirante y la edición está ultra utilizada, generando un caos intencional que exacerba el frenesí de la persecución sobre la que gira la historia.

No sólo la historia y la forma en la que se cuenta es caos, sino que toda Bolivia lo es. Todo es contradicción, pobreza-carnaval, racismo interno, confusión, políticos corruptos. Irónicamente los traficantes utilizan los trajes típicos como disfraces para pasar desapercibidos de acuerdo a cada lugar (¿uno, el turista iluso, no puede confiar del indígena que está al lado tuyo?). Se atomiza con superficialidades provenientes del exterior, concursos de miss y mister Bolivia, costumbres que irónicamente llevan el título de civilizadas. La religión católica es criticada, considerándola como simple adoración de figuras de yeso sin espiritualidad religiosa, que no salvan a nadie pero prometen salvación al pueblo.

"Estos serían los tres regalos para el pueblo: la incertidumbre, la hipocresía y la impotencia"

En medio de ese caos social y gracias a él, los poderosos ("gringos" narcotraficantes y cínicos enriquecidos a costa de "la blanca", políticos corruptos abusadores, etc.) se ven beneficiados, aprovechándolo para invisibilizarse y mantener sus privilegios.
La película se burla constantemente de ese caos sin sentido. El núcleo caótico en el que se focaliza es en la división étnica, la discriminación racial interna y de costumbres entre cambas y collas, movidos por las diferencias culturales y por sus respectivos roles económicos. Es la Bolivia dividida en dos: unos que se creen más civilizados por ser más mestizos y además poseer gran parte de los recursos de riqueza natural, y los otros, de sangre más indígena, que poseen una riqueza menos tangible proveniente de sus valores culturales.

Al final de la película, en ese mundo caótico e incomprensible, nace un llamando a romper con la pasividad y la complicidad que permite a las clases dominantes estar donde están. Ellos están allí porque el pueblo (representado por Jacinto y Domitila, junto a los dos policías que los persiguen) se deja dominar, porque se fragmenta en rivalidades sin sentido e intentan sobrevivir aislados, cada cual como puede, cumpliendo los roles que los mismos poderosos les hacen cumplir. El mensaje queda claro en la escena en la que la pareja de pobres narcotraficantes (que a lo largo de la película se muestra cómo están siendo utilizados y presionados socialmente para delinquir, producto de un pasado sin oportunidades) apuntan con sus pistolas contra los dos policías también armados que los perseguían. Los policías eran, justamente, un camba y un colla que poco a poco habían aprendido a quererse. Domitila los encara con que trabajan para una institución aprovechadora que finge proteger pero que por detrás permite el tráfico de armas y drogas. "En este país no somos nadie, para servir a los jailones nomás nos utilizan, dense cuenta, sirviendo a la autoridad, ¡qué autoridad carajo! ¡Los están usando y a nosotros también!... todos se lo llevan los jerarcas.. los únicos que se enriquecen son los de arriba... nosotros sólo queremos trabajar!...".

Una vez, hace mucho tiempo, leí una frase de Antón Chéjov que quedó marcada en mi y se presentó en reiteradas ocasiones en mi mente a lo largo de mi viaje, cuando escuchaba las historias de los hombres de las tierras del norte: "Escribe de tu pueblo y serás universal". Es cierto. Esta historia no es sólo de Bolivia, en esencia es la de toda Latinoamérica, cada país es un matiz distinto de la misma historia. Pero eso ya da para otra entrada…

y por último…. Que viva Bolivia carajo!! Latinoamérica unida! uni de uno...
Y muchas gracias a mis amigos de allá, especialmente al seta y al nacho que me acogieron, recibieron y me dieron mucha, mucha, mucha comida... extraño las salteñas!!

jueves, 29 de enero de 2009

Cine y violencia, Cine y no violencia activa

Después de tanto tiempo vuelvo a mi pequeño rincón del ciberespacio, para volver a escribir sobre los bloques de tiempo eternizados. Ellos me han mostrado cosas que no he visto en este mundo, que es de tiempo disperso, desordenado, confuso. Las películas y los relatos en general sirven para ordenar la realidad y así hacerla más entendible. Pero, parafraseando una idea de Román Gubern, es cierto que el hombre ha creado el cine, pero es el cine el que está haciendo al hombre de hoy. Muchos temas que han perseguido al hombre desde tiempos inmemoriales es el de la violencia, fuente evidente de conflicto dramático.

Desde sus inicios el cine ha mostrado a la violencia como algo muy natural, desde Griffith en "El Nacimiento de una Nación"(anti-negros, Ku-Klux-Klan) y Eisenstein (la revolución violenta contra el zarismo y la iglesia) en forma de ideología belicista, pasando por los westerns tan populares hasta hoy en día, en que los indios eran asesinados, mientras que fuera de la ficción eran, de la misma forma, brutalmente exterminados, pero incluyendo las partes denigrantes.

De hecho, es bien sabido que gracias a hollywood el cine cuyo motor es la violencia se a masificado. Es el tipo de cine en el que el héroe es una suerte de elegido que posee el poder moral de erradicar el mal encarnado directamente por "los malos", el enemigo al cual hay que con nobleza matar, encarcelar, escarmentar y castigar. Siempre es la violencia, supuestamente utilizada con astucia y justicia, la que sirve para que el conflicto se desenvuelva para alcanzar el happy end. Si bien no es posible determinar en que medida el cine ha influenciado en la “naturalización de la violencia” es muy probable que la haga consolidarse retroalimentándose dentro de nuestra cultura
Una de las leyes morales del hombre occidental nos dice que existe una violencia buena y otra mala. La violencia buena es aquella que han proclamado innumerables lideres a lo largo de la historia, seguidos por individuos convencidos, para exterminar a los "violentos malos", que a su vez se piensan a si mismos como "violentos buenos". Sin duda que esta situación es analogable al tipo de películas hollywoodenses del tipo violencia blanca vs violencia negra

Pero cada vez nos vamos más a extremos. Tarantino, Cronenberg, violencia explicita y tortuosamente sádica, o la de Gaspar Noé que tiene un tono morboso y casi pornográfico. Pero este es otro tema pues la utilización de la violencia tiene un componente estético a considerar que da para otra entrada, y que personalmente me atrae
Cada film, determinado por la moral del periodo histórico y cultural en que es escrita, toma la violencia desde un enfoque diferente. Unos como medio para entregar un mensaje, o para impulsar una ideología, otros por la violencia en si misma, para provocar, estimular, etc. Como en el cine gore, expresión cúlmine de la violencia explícita, masoquismo visual, la superficialidad de la violencia, la violencia como necesidad. La llamada "naturalización de la violencia" es un hecho, muchos ya han perdido la repulsión a la violencia y no se han dado cuenta.

La forma más evidente de lucha social audiovisual son los documentales, aplastados la mayor parte de ellos por la lógica industrial de consumo, aunque poco a poco han logrado sobrevivir en rentabilidad económica al adicionarles un poco de humor tomando con ironía las estupideces del sistema, al estilo Michael Moore, lo cual incluso ha logrado ser más efectivo. El cine documental, a diferencia de otro tipo de documentalizaciones, tiene la ventaja que es socialmente aceptado que posea un punto de vista determinado. El cine social también a servido a la concientización de estos temas. El cine muchas veces fue un espejo para el pueblo y el proletariado, como ocurrió en el periodo del neorrealismo italiano en el que las injusticias sociales fueron puestas en evidencia por grandes directores. Cine de denuncia, en contra de los maltratos universales y la discriminación, el abuso, cine antibelicista, etc. Sin duda el cine es uno de los principales métodos de lucha no violenta.
Desde mi punto de vista la indiferencia social también es una forma de ejercer la violencia. No ver, y en consecuencia no hacer nada en contra de la violencia social, económica, de discriminaciones o ser testigo pasivo de violencia psicológica. Pronto habrá una gran marcha que atravesará el planeta con el fin de generar conciencia sobre este tema, una marcha por la paz y la no violencia que ya se está construyendo a través de iniciativas personales. En esta marcha no hay caras, no hay líderes. Mundo sin guerras, la organización que impulsó esta marcha, sirve como coordinadores, pero las iniciativas y las acciones las ponen los individuos y las instituciones, todos podemos ser participes. Desde mi punto de vista esta es la oportunidad de que todas las instituciones y personas que intentan hacer de esté un mundo mejor empujen al mismo tiempo, hacia el mismo lado, sin importar las diferencias políticas, ni las ideológicas, todos convergiendo en el mismo punto. A mis poquísimos lectores, los invito a participar o al menos a informarse ya que esta marcha está creciendo a pasos agigantados, y si es posible reflexionar en sus respectivos blogs sobre este tema. Aquí está la página www.marchamundial.org y la de Chile, www.marchamundial.cl