sábado, 22 de noviembre de 2008

TITULO 1 Blade Runner (PARTE 3)



"Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia"

El cuerpo humano y su expresión divina a través del amor
Roy es ya humano, a desarrollado sus sentimientos, ama a Pris, siente rabia, deseos de sobrevivir. En contraste, el blade runner (policía encargado de perseguir y aniquilar replicantes insurrectos) Deckard, parece carecer de lazos emocionales y sus motivaciones son meramente instrumentales (sus motivaciones son la obligación o el dinero). Será su interacción con los nexus 6, el viaje que emprende sin comprender, el que le permita vivir en sentimientos verdaderamente humanos, en el amor por Rachel o el miedo y el deseo de vivir que le infunde Roy en las escenas finales.

La muerte de Roy y la esperanza de lo interno
La impotencia de ser sometidos a leyes, de no ser perfectos y libres, de no ser cuerpos carentes de muerte y de no comprender la vida lleva a Roy a una situación de frenesí, de ímpetu violento, casi irracional. Espera a Deckard, el Blade runner encargado de “retirarlo”, luego de haber retirado a sus demás compañeros. En una violenta y enfermiza persecución en la que existe un continuo juego entre quien es el cazador y quien es la victima, Roy se muestra desafiante y provocador, con la sensación de control que produce su presencia en cada una de las escenas y su cuerpo físico siempre serio y de líneas duras y de medidas antropométricas que dan la sensación extraña de la perfección. Sus cuerpos materiales denotan en la imagen su categoría biológica, al estar empapados de agua, impregnados de la viscosidad de la lluvia que nos hace recordar, o más bien sentir, la cercanía del hombre al mundo natural. Suben al tejado de los edificios y Deckard intenta escapar saltando a otro edificio quedando colgado de una viga. Roy cruza con facilidad y mira fijamente a Deckard. En el momento en que éste se desprende de la viga, Roy lo sujeta por la muñeca, salvándole la vida. Y deteriorado por el cumplimiento de sus cuatro años de existencia le comunica su sentir más profundo.

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"

Las cosas que ha visto no pueden ser vistas por ojos escépticos, con los ojos técnicos y racionalistas que caracterizan a nuestro tiempo y que son aun más exageradas dentro de esa realidad distópica del futuro. Las cosas que ha visto solo él las ha visto y por eso adquiere un sentido profundo y espiritual para él. La espera a la muerte por lo general va acompañada de la reflexión de su opuesto, la vida, y la inseguridad que existe de no poder saber si aquellas experiencias vividas se disolverán con el tiempo y la nada. Pero Roy siente que su vida no fue en vano, que fue algo, manifiestando ambiguamente su experiencia con un aire triste, pero expresando a la vez cierta complacencia reposada en la calma de la comprensión. La paloma blanca que queda libre al momento del aflojamiento de su cuerpo producido por la muerte es el brote de su pureza, de la libertad del alma, emanando su verdad espiritual. Roy sabe cosas que los humanos no saben, es tal vez el motivo que lo haga calmarse antes de morir. Su cuerpo se desvanece y tiene una hora para hacerlo, eso es lo importante, que son algo más que solo materia o que nada después de la muerte. El encuentro con esos elementos profundos son los que le dan tranquilidad, el amor que sintió por Pris, y el enseñarle a amar a Deckard y a perder sus miedos de enfrentar lo desconocido junto a Rachel. Paradójicamente es la maquina quien humaniza a un humano deshumanizado.

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