jueves, 29 de enero de 2009

Cine y violencia, Cine y no violencia activa

Después de tanto tiempo vuelvo a mi pequeño rincón del ciberespacio, para volver a escribir sobre los bloques de tiempo eternizados. Ellos me han mostrado cosas que no he visto en este mundo, que es de tiempo disperso, desordenado, confuso. Las películas y los relatos en general sirven para ordenar la realidad y así hacerla más entendible. Pero, parafraseando una idea de Román Gubern, es cierto que el hombre ha creado el cine, pero es el cine el que está haciendo al hombre de hoy. Muchos temas que han perseguido al hombre desde tiempos inmemoriales es el de la violencia, fuente evidente de conflicto dramático.

Desde sus inicios el cine ha mostrado a la violencia como algo muy natural, desde Griffith en "El Nacimiento de una Nación"(anti-negros, Ku-Klux-Klan) y Eisenstein (la revolución violenta contra el zarismo y la iglesia) en forma de ideología belicista, pasando por los westerns tan populares hasta hoy en día, en que los indios eran asesinados, mientras que fuera de la ficción eran, de la misma forma, brutalmente exterminados, pero incluyendo las partes denigrantes.

De hecho, es bien sabido que gracias a hollywood el cine cuyo motor es la violencia se a masificado. Es el tipo de cine en el que el héroe es una suerte de elegido que posee el poder moral de erradicar el mal encarnado directamente por "los malos", el enemigo al cual hay que con nobleza matar, encarcelar, escarmentar y castigar. Siempre es la violencia, supuestamente utilizada con astucia y justicia, la que sirve para que el conflicto se desenvuelva para alcanzar el happy end. Si bien no es posible determinar en que medida el cine ha influenciado en la “naturalización de la violencia” es muy probable que la haga consolidarse retroalimentándose dentro de nuestra cultura
Una de las leyes morales del hombre occidental nos dice que existe una violencia buena y otra mala. La violencia buena es aquella que han proclamado innumerables lideres a lo largo de la historia, seguidos por individuos convencidos, para exterminar a los "violentos malos", que a su vez se piensan a si mismos como "violentos buenos". Sin duda que esta situación es analogable al tipo de películas hollywoodenses del tipo violencia blanca vs violencia negra

Pero cada vez nos vamos más a extremos. Tarantino, Cronenberg, violencia explicita y tortuosamente sádica, o la de Gaspar Noé que tiene un tono morboso y casi pornográfico. Pero este es otro tema pues la utilización de la violencia tiene un componente estético a considerar que da para otra entrada, y que personalmente me atrae
Cada film, determinado por la moral del periodo histórico y cultural en que es escrita, toma la violencia desde un enfoque diferente. Unos como medio para entregar un mensaje, o para impulsar una ideología, otros por la violencia en si misma, para provocar, estimular, etc. Como en el cine gore, expresión cúlmine de la violencia explícita, masoquismo visual, la superficialidad de la violencia, la violencia como necesidad. La llamada "naturalización de la violencia" es un hecho, muchos ya han perdido la repulsión a la violencia y no se han dado cuenta.

La forma más evidente de lucha social audiovisual son los documentales, aplastados la mayor parte de ellos por la lógica industrial de consumo, aunque poco a poco han logrado sobrevivir en rentabilidad económica al adicionarles un poco de humor tomando con ironía las estupideces del sistema, al estilo Michael Moore, lo cual incluso ha logrado ser más efectivo. El cine documental, a diferencia de otro tipo de documentalizaciones, tiene la ventaja que es socialmente aceptado que posea un punto de vista determinado. El cine social también a servido a la concientización de estos temas. El cine muchas veces fue un espejo para el pueblo y el proletariado, como ocurrió en el periodo del neorrealismo italiano en el que las injusticias sociales fueron puestas en evidencia por grandes directores. Cine de denuncia, en contra de los maltratos universales y la discriminación, el abuso, cine antibelicista, etc. Sin duda el cine es uno de los principales métodos de lucha no violenta.
Desde mi punto de vista la indiferencia social también es una forma de ejercer la violencia. No ver, y en consecuencia no hacer nada en contra de la violencia social, económica, de discriminaciones o ser testigo pasivo de violencia psicológica. Pronto habrá una gran marcha que atravesará el planeta con el fin de generar conciencia sobre este tema, una marcha por la paz y la no violencia que ya se está construyendo a través de iniciativas personales. En esta marcha no hay caras, no hay líderes. Mundo sin guerras, la organización que impulsó esta marcha, sirve como coordinadores, pero las iniciativas y las acciones las ponen los individuos y las instituciones, todos podemos ser participes. Desde mi punto de vista esta es la oportunidad de que todas las instituciones y personas que intentan hacer de esté un mundo mejor empujen al mismo tiempo, hacia el mismo lado, sin importar las diferencias políticas, ni las ideológicas, todos convergiendo en el mismo punto. A mis poquísimos lectores, los invito a participar o al menos a informarse ya que esta marcha está creciendo a pasos agigantados, y si es posible reflexionar en sus respectivos blogs sobre este tema. Aquí está la página www.marchamundial.org y la de Chile, www.marchamundial.cl